Estoy en ReConstrucción del Blog al casi 25%, apenas un cuarto. Sigo con muchas dudas… hay días en los que pienso que qué bueno que puedo poner pensamientos, fotos, debrayes, videos, etcétera. Es un buen lugar a dónde venir a reir y a llorar. Ahora, yo ya no paso por ningún Blog y creo que esa es una regla *casi* obligada: leer a los otros también.
En fin, ya compartí sobre las vacaciones, aunque la verdad es que ya pasaron varios días y yo pensaba en escribir más. Tenía más ideas en la cabeza, pero como que no salieron y el post quedó así, cortito y con unas fotitos.
Ahora estoy a unos días de cumplir 31 años, lo cual me llena de alegría y a la vez me trae medio down. Hace poco tuve uno de esos días donde literalmente quería mandar todo y a todos a la grandísima mierda, pero al final, creo que mi superyo o mi-otro-yo, no sé, no me lo permitió y aquí sigo… en lo mismo de siempre… en el lugar de siempre… en la misma ciudad y con la misma gente… para que tú al volver… ejjeeemmm… bueno.
El otro día salí a un par de fiestas, un poco con el ánimo de conocer y hacer nuevos amigos y la verdad es que refrendé el punto sobre el que en algún momento ya he escrito aquí: yo ya tengo los amigos que quiero, no quiero hacer más, o bien, hacer amigos ya no es tan fácil como antes. De galanes, ni hablamos, no vi ni uno y definitivamente, ninguno me vio a mi tampoco.
En realidad mis únicas amistades nuevas tienen que ver con mi trabajo, porque mal que bien aquí paso la mayor cantidad de horas del día y más que amigos, en realidad me han surgido aquí varios hermanos, hermanas y primos. Somos una gran familia, que como todas, se pelea y se contenta, se quiere y se odia… y me gusta porque entre nosotros sí nos entendemos en nuestras tristezas, alegrías, frustraciones; nos felicitamos en los triunfos y nos preocupamos por los fracasos, porque son compartidos, son de todos. La mitad de mis amigos de *siempre* de verdad que no me entienden en casi nada y me cuesta trabajo explicarles cómo me siento y qué cosas me preocupan. Son contados, la verdad los que tratan de ser empáticos.
Rumbo a mis 31, siento que es necesario hacer un balance de las cosas que tengo, de las que quiero, de las que tuve y de las que debo. DEBO, en el sentido de las deudas que tengo con las demás personas y también en el sentido de las que siento que debo hacer… aunque uno no debiera hacer nada que no quisiera probablemente.
En ese balance la verdad es que no sé, creo que salgo tablas. Ni muy ganadora ni muy perdedora. Creo que tengo claro que pago precios altos por tener unas cosas y que me falten otras, aunque diiiicen que hay más tiempo que vida para lograrlas casi todas. En el fondo, no sé si estoy de acuerdo con esta frase porque sí creo que hay tiempos para todo y si uno no se pone buzo, ese tiempo se pasa y probablemente no se repita una coyuntura similar. También eso creo que tiene que ver con que, desde chiquita, tengo una sensación de que me hago vieja.
Entonces, ¿estoy o no vieja? Pues depende… lo que sí es que tampoco soy un spring chicken… Me preocupa sobre todo (aunque cierto, no me ocupa) el asunto de hacer una familia porque esto no fue una prioridad en años anteriores, pero de un par de años para acá, sí es un anhelo que tengo. No porque me urja casarme con quien sea y tener hijos de quien sea. Es más bien una cuestión que no planié, que no contemplé, que no era importante y el tiempo pasó y ahora lo que me falta es tiempo para llevar ese sueño a la realidad, entonces veo mi situación de vida actual (que me gusta y me llena en muchas otras cosas) y veo que es complicado que de aquí a dos o tres o cuatro años esto se me cumpla. Además que no de *donde ponerme* para que me toque. Por lo pronto, hoy conocí de lejitos a un chico guapo…
En fin… ReConstrucción al 24%, después veremos qué pasa.